Cortizo asume como presidente de Panamá con grandes desafíos
El empresario ganadero Laurentino Cortizo asumió el lunes como el nuevo presidente de Panamá para el próximo quinquenio con el desafío de enderezar una economía aletargada en medio de un creciente hastío por la corrupción.
Cortizo, de 66 años, obtuvo en las elecciones de mayo apenas el 31% del respaldo del electorado aunque su Partido Revolucionario Democrático (PRD), de tendencia socialdemócrata, alcanzó la mayoría en la legislatura unicameral.
El nuevo líder enfrentará el malestar generalizado de los panameños por una contracción económica que hereda del gobierno saliente de Juan Carlos Varela.
Por ello Cortizo ha anticipado que convocará a todos los sectores para enderezar el rumbo económico y dedicará un especial interés al sector productivo que ha cuestionado la falta de apoyo e impulso gubernamental. De hecho, la primera reunión del gabinete del nuevo gobierno se realizará en una provincia central del interior del país dedicada al sector agropecuario.
La economía llegó a crecer a un ritmo de dos dígitos y se convirtió en la de mayor auge en Latinoamérica gracias a la construcción de varias grandes obras como la expansión del Canal de Panamá y del metro durante el mandato del magnate de los supermercados Ricardo Martinelli (2009-2014). Pero el crecimiento se contrajo en el siguiente quinquenio, con una tasa de 3,7% en 2018 y un desempleo de 6% que contrasta, por ejemplo, con el crecimiento del Producto Interno Bruto de 10,7% y desempleo de 4,4% en 2012.
“Me siento optimista en que la economía comenzará a avanzar”, dijo brevemente Cortizo al llegar al centro de convenciones en prestó juramento ante la presencia de una decena de líderes internacionales. Refirió que en las últimas semanas se ha reunido con varios empresarios extranjeros que han expresado interés en invertir en Panamá, lo que “son señales positivas”, agregó.
Poco antes de la ceremonia en la que se le colocó la banda presidencial, Cortizo recibió la promesa del gobierno de Estados Unidos, a través del secretario de Comercio Wilbur Ross, de trabajar mancomunadamente para impulsar el crecimiento económico.
Estados Unidos es el principal cliente del Canal de Panamá -que es el motor de la economía de servicios del país- y cuenta con una inversión directa cercana a los 4.700 millones de dólares y con una presencia de más de 150 empresas, refirió Ross.
Ross llegó con una delegación procedente de la cumbre del G20 en Japón y su presencia refleja el interés de Washington en momentos en que China trata de utilizar a Panamá como su puerta de entrada para expandir su comercio en América Latina. Estados Unidos mira de reojo esa nueva relación que comenzó hace dos años cuando Panamá decidió romper con Taiwán y establecer relaciones con Beijing.
“El presidente Trump me envió con un mensaje claro”, dijo Ross en una declaración corta a la prensa. “Panamá es uno de nuestros socios en esta región y en el mundo”.
“Esperamos trabajar con el presidente Cortizo, así como con todos los miembros de su administración, y nos gustaría recibirlo en Washington pronto”, destacó Ross en inglés.
Cortizo asumió en medio de un creciente rechazo por la corrupción política y cuando el país trata de sacudirse aún del escándalo internacional de los Papeles de Panamá, que sacaron a la luz cómo desde un bufete de abogados panameño se crearon sociedades en ultramar para esconder fortunas en paraísos fiscales de figuras poderosas, así como de los sobornos repartidos por la constructora brasileña Odebrecht.
El nuevo mandatario prometió “rescatar la imagen” del país, que también ha vuelto a ser incluido en una lista gris de naciones que no cooperan lo suficiente para combatir el blanqueo de capitales y el financiamiento del terrorismo en su plaza financiera y de servicios.