Cae Bashar al-Asad en Siria: rebeldes toman el control de Damasco y proclaman «el tirano ha huido»
Rebeldes islamistas tomaron este domingo el control de la capital siria de Damasco, en un avance que prácticamente no encontró resistencias, ya que el tanto el propio ejército sirio, como los soldados rusos que apuntalaban el régimen, y hasta las milicias de Hezbolá que habían llegado desde Líbano, escaparon dejando al presidente Bashar al-Ásad librado a su suerte.
El mandatario según las versiones del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, «habría huido con su familia a un destino todavía desconocido», y se abre para Siria un camino de incertidumbre, que cierra una dinastía de 50 años de poder, iniciada por Háfez al-Ásad en 1971 y seguida por su hijo Bashar al-Ásad desde el año 2000.
En rigor en las primeras horas de este domingo se sabía que las fuerzas yihadistas habían llegado a Damasco, pero se aguardaba el grado de resistencia que ofrecería el ejército sirio, pero no hubo enfrentamientos, más que algunos choques aislados: las fuerzas de al-Asad escaparon, igual que las fuerzas con las que Vladimir Putin apuntalaba al gobierno, y el propio movimiento Hezbolá admitió a la AFP que había «movilizado de regreso a Líbano» a sus combatientes. Ya a última hora del sábado las noticias de que los rebeldes yihadistas habian tomado el control de Homs, ciudad cercana a Damasco, y la ofensiva de los rebeldes lucía imparable.
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Hezbolá regresó sus combatientes a Líbano
Hezbolá «instruyó a sus combatientes en las últimas horas a retirarse de la zona de Homs y algunos se trasladaron a Latakia (en Siria) y otros a la zona de Hermel, en Líbano», dijo la fuente a la la agencia AFP. Y agregó que «los combatientes de Hezbolá ya dejaron sus posiciones alrededor de Damasco».
«Nuestras fuerzas comenzaron a entrar a Damasco», publicó este domingo en Telegram el movimiento rebelde sirio Hayat Tahrir al Sham (HTS), que previamente había tomado otras ciudades clave. La caída de al-Asad, si finalmente se consuma en las próximas horas, abre en Siria un horizonte de incertidumbre y habrá que ver cómo evoluciona el control de los rebeldes en un país que durante medio siglo la familia al-Asad gobernó con mano de hierro.
Liberan presos de mítica cárcel
En medio de la anarquía que parecía ir en camino a la caída del régimen de Bashar al-Ásad, en su avance los rebeldes irrumpieron en una conocida cárcel de Damasco, y anunciaron en Telegram el «fin de una era de tiranía en la prisión de Sednaya».
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló que «las puertas de la tristemente célebre prisión ‘Sednaya’, conocida como el ‘matadero humano’, han sido abiertas para miles de presos detenidos por el aparato de seguridad bajo el mando del régimen».
La Casa Blanca «sigue de cerca» los hechos en Siria
«Asad salió de Siria por el Aeropuerto Internacional de Damasco antes de que las fuerzas de seguridad abandonaran ese lugar», dijo el director del observatorio, Rami Abdel Rahman. El ejército sirio y las fuerzas de seguridad, que el viernes decían haber establecido un «cerco inquebrantable» en Damasco, abandonaron la ciudad casi sin oponer resistencia al avance rebelde.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sigue de cerca los «eventos extraordinarios» que tienen lugar en Siria, informó la Casa Blanca a última hora del sábado.
En medio de la incertidumbre, el primer ministro Mohamed al Jalali declaró el domingo estar dispuesto a cooperar con la dirigencia que elija el pueblo sirio.
«No atacar dependencias oficiales»
El líder de los rebeldes, Mohamed Al Jolani, ordenó a los yihadistas «no atacar los edificios gubernamentales de la capital», que permanecerán bajo el control del primer ministro al Jalali hasta ser «oficialmente transferidas» a los rebeldes.
La irrupción de las facciones rebeldes en Damasco ocurrió horas después de que tomaran la ciudad de Homs y unas tres ciudades más, dejó al HTS a las puertas de Damasco, un bastión clave del clan Asad, que ha gobernado Siria en las últimas cinco décadas. Los rebeldes liderados por islamistas iniciaron su fulgurante ofensiva el 27 de noviembre, y tomaron la capital en un vuelco inesperado de la guerra civil que se inició en 2011.
El gobierno de Asad contó durante años con el respaldo del Hezbolá libanés y el apoyo iraní, pero sus fuerzas se retiraron de Damasco, habitantes de la capital describían escenas de pánico, con centenares de personas precipitándose para retirar dinero o comprar alimentos.
A unos kilómetros de Damasco, manifestantes derribaron una estatua de Hafaz al Asad, el padre del mandatario derrocado.
Kharfan Mansour, un poblador de esta ciudad, dijo que estaba «feliz por la liberación de Hama y la liberación de Siria del régimen de Asad». Bashar al Asad asumió el poder en el año 2000, sucediendo a su padre, que tenía las riendas del país desde 1971.
Una fuente de seguridad iraquí dijo a la AFP que Bagdad permitió la entrada de cientos de soldados sirios, que «huyeron del frente» a través del paso fronterizo de Al Qaim. Una segunda fuente estimó que por allí habían huido a Irak unos 2.000 soldados sirios, incluidos oficiales.
Al menos 826 personas, incluidos más de 100 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva el 27 de noviembre, según el OSDH. La ONU, a su vez, reporta 370.000 desplazados en este mismo periodo.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, pidió «evitar un baño de sangre» y «proteger a los civiles conforme al derecho humanitario internacional».
Las fuerzas de Asad, que contaba con un importante respaldo militar de Rusia e Irán, nunca habían perdido tantas ciudades en tan poco tiempo desde el estallido en 2011 de la guerra civil, que dejó más de 500.000 muertos.
El conflicto dividió al país en zonas de influencia apoyadas por potencias extranjeras. Como claro síntoma del final que se avecinaba, Rusia, principal aliado de al Asad, había instado a sus ciudadanos a abandonar el país, al igual que Estados Unidos y Jordania.
El apoyo militar ruso, crucial para el régimen en 2015, se redujo debido a la guerra en Ucrania, mientras Irán y el movimiento islamista libanés Hezbolá, debilitado por el conflicto con Israel, tampoco aportaron a la defensa del régimen.
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