En las elecciones municipales de Brasil vale todo: incluso hay un candidato que imita a Javier Milei

Explosivos debates entre los contendientes a la alcaldía de San Pablo, la mayor ciudad de América Latina, candidatos que hacen campaña disfrazados de Javier Milei y un sospechoso de espionaje aspirante a gobernar Rio de Janeiro: la campaña por las municipales brasileñas de octubre arrancó de lleno.

Casi dos años después de los comicios presidenciales que eligieron a Luiz Inácio Lula da Silva, los brasileños están llamados a escoger los alcaldes y concejales en más de 5.500 ciudades en dos vueltas, el 6 y el 27 de octubre.

La ajustada disputa por Sao Paulo, según los sondeos, se concentra en el actual alcalde Ricardo Nunes y el diputado izquierdista Guilherme Boulos, una versión a escala menor de la polarización entre los bandos del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro y Lula.

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Ademar Meireles 20240821

Pero incluso antes del arranque oficial de la campaña electoral, el pasado viernes, los focos los acapara Pablo Marçal, empresario e influyente de 37 años, elogiado por el propio Bolsonaro, que lo ve como «un tipo que habla muy bien, es inteligente, aunque no tenga experiencia».

Con sus 12,8 millones de seguidores en Instagram, doce veces más que el alcalde, este candidato ha arrastrado la campaña a la polémica, al insinuar por ejemplo que Boulos consume cocaína o al mostrarse «contrario a la escolarización» porque actualmente los niños reciben contenidos inútiles.

Alta polarización en las elecciones de medio término en Brasil, que serán el 6 de octubre

Pese a sus controversias, Marçal aumentó su popularidad en las últimas semanas y va tercero en los sondeos para dirigir la megalópolis de más de once millones de habitantes.

Por Rio de Janeiro, donde el alcalde Eduardo Paes es favorito a la reelección, también compite un aliado de Bolsonaro, el diputado Alexandre Ramagem.

Ramagem fue jefe de los servicios de inteligencia de Brasil durante la presidencia del ultraderechista (2019-2022) y es investigado actualmente por supuesto espionaje ilegal de altas figuras políticas y otras personalidades durante ese periodo.

«El Milei de Floripa»

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En pasadas elecciones en Brasil, un país donde el apodo es casi siempre más conocido que el nombre de pila, hubo candidatos «Barack Obama», «Chupa Cabras» y «Pijama», gracias a una disposición de la ley electoral que les da cierta libertad para elegir cómo presentarse ante los votantes.

Este año entró en escena «Milei de Floripa». Con patillas, peluca y banda presidencial, el economista Ademar Meireles, un autodefinido «patriota» y «libertario», de 56 años, imita en forma y fondo al mandatario argentino.

Aspira a ser concejal en Florianópolis, destino turístico de argentinos en el estado de Santa Catarina (sur), con el Partido Liberal de Bolsonaro.

«Al inicio fue solo una broma pero a muchas personas le terminó gustando y a mí también», dijo en Instagram el candidato, que se ha paseado con el look habitual de Milei por ciudades de Brasil y Argentina. Incluso asistió a una conferencia de prensa en la Casa Rosada.

A la asamblea legislativa del municipio Joao Pessoa, en Paraiba, se presenta además Sosteni Milei, que se autorreivindica como el doble del argentino.

El nombre «Jair Bolsonaro» también estará en las papeletas, aunque el expresidente, que está inhabilitado políticamente hasta 2030, no aspire a ningún cargo. Lo tomará su hijo menor Jair Renan, quien compite para concejal en Balneario Camboriu, Santa Catarina.

Según el Tribunal Superior Electoral, otros 82 candidatos usan el apellido del exmandatario sin ser parte de la familia.

Finalmente, en Belém, ciudad de la Amazonía brasileña elegida por Lula para recibir el año próximo la conferencia de la ONU sobre el clima COP30, marcha al frente de los sondeos el diputado bolsonarista Éder Mauro, criticado por grupos ambientalistas al ser acusado de apoyar la minería ilegal.

AFP