Kamala Harris ya se aseguró la candidatura para noviembre

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se aseguró ayer de forma efectiva la nominación presidencial del Partido Demócrata, confirmando su notable ascenso como abanderada del partido en el enfrentamiento de noviembre contra el republicano Donald Trump tras la desistencia del presidente Joe Biden.

Harris, de 59 años, fue la única candidata en la papeleta de una votación electrónica de cinco días de casi 4 mil delegados de la convención del partido. Es la primera mujer negra y sudasiática que consigue la nominación de un partido importante, y será coronada oficialmente en una convención que se celebrará en Chicago a finales de este mes.

Harris se declaró “honrada” de haber reunido el apoyo necesario en el segundo día de la maratoniana votación virtual: “Vamos a ganar estas elecciones”, aseguró. “Y nos va a costar a todos… Vamos a hablar con la gente sobre el hecho de que estamos todos juntos en esto, y estamos juntos”, dijo Harris.

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“Y así, vamos a hacer saber a la gente que nuestra campaña trata del futuro. Y trata de la ampliación de los derechos y las libertades, y de la oportunidad de todos de salir adelante”.

En las dos semanas transcurridas desde que Joe Biden puso fin a su intento de reelección, Harris se ha hecho con el control total del partido, pulverizando récords de recaudación de fondos, llenando estadios y borrando la ventaja que Trump había conseguido en las encuestas sobre el presidente.

“No podría estar más orgulloso”, publicó Biden en X tras su nominación.

El hito de la nominación se produjo en un momento en que Harris se prepara para iniciar la campaña la próxima semana en siete estados cruciales para las elecciones, junto con su compañero de fórmula, aún por nombrar.

La votación –celebrada antes de lo habitual y por internet debido a la modificación de las normas estatales de inscripción– marca el inicio oficial de la convención de 2024, cuyas tradicionales festividades comenzarán cuando los fieles del partido acudan a Chicago el 19 de agosto.

Ola de impulso. La candidatura de Trump a la Casa Blanca dio un vuelco el 21 de julio, cuando Biden, de 81 años, ante la creciente preocupación por su edad y la caída en las encuestas, retiró su candidatura y apoyó a Harris.

Enérgica y dos décadas más joven que Trump, de 78 años, la vicepresidenta ha tenido un comienzo rápido, recaudando 310 millones de dólares en julio, según su campaña, más del doble que Trump.

Está previsto que ella y su compañero de fórmula se reúnan el martes en Pensilvania, un estado indeciso crucial, donde el gobernador demócrata Josh Shapiro está en la lista de candidatos para unirse a la candidatura de Harris.

Biden venció a Trump en Pensilvania en 2020 por unos 80 mil votos y se considera el mayor premio de los reñidos campos de batalla que deciden el sistema del Colegio Electoral. El estado forma parte del llamado muro azul que llevó a Biden a la victoria en 2020, junto con Michigan y Wisconsin, dos estados en los que Harris tiene previsto atraer a multitudes el miércoles. También recorrerá los estados más racialmente diversos del Cinturón del Sol y del sur, como Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte, en su intento de apuntalar el voto negro e hispano que se había ido alejando de los demócratas.

En una señal de que la campaña de Harris está pensando a lo grande, los medios de comunicación estadounidenses informaron de que una serie de asesores de alto nivel de las históricas candidaturas de Barack Obama en 2008 y 2012 han asumido altos cargos con ella.

Mientras Biden hacía llamamientos altruistas para recuperar el civismo y preservar la democracia, Harris se ha centrado en el futuro, haciendo de la “libertad” de los votantes, por la que tanto ha luchado, la piedra de toque de su campaña.

Ella y sus aliados también han sido más agresivos que el bando de Biden: se han burlado de Trump por incumplir su compromiso de celebrar un debate en septiembre y lo han calificado de delincuente convicto, entre otros epítetos.

Mientras tanto, Trump y sus republicanos han luchado por adaptarse a su nueva adversaria o perfeccionar sus ataques contra Harris, al principio diciendo que era peligrosamente liberal en materia de inmigración y delincuencia antes de pasar a acusarla falsamente de fingir ser negra con fines políticos, lo que le valió un duro contraataque de grandes exponentes de la comunidad negra.