Diana Mondino: «El Mercosur dejó de ser una válvula de escape para volverse un corsé que nos inmoviliza»
La canciller Diana Mondino tuvo su tiempo para hablar en la cumbre de presidentes del Mercosur, a pesar de que se trataba de una conferencia de jefes de Estado. Como era obvio, el discurso de la ministra reflejó el pensamiento de su jefe, Javier Milei; pero optó por desplegar conceptos propios, sobre todo al reafirmar la postura argentina de no abandonar el bloque regional: “Esperamos que la delegación argentina, que ha contribuido con la labor fructífera del Mercosur, continúe con su contribución”.
Lo notable, en el discurso de la ministra, fue cuando mencionó lo que, aparentemente, podía ser un resultado incierto: “Lamentamos profundamente que no haya sido posible alcanzar el consenso final de los Estados parte y asociados; un proyecto al que nuestras delegaciones dedicaron largas horas y esfuerzos”, juzgó. La declaración final es una parte central en estas cumbres, ya que en ellas se definen principios y resoluciones comunes que orientarán la acción en los meses siguientes. Poco después de mencionar el resultado negativo, Mondino se corrigió: “Bueno, parece que llegamos a un acuerdo”.
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La critica a Milei de los presidentes del Mercosur por su faltazo
La canciller se vio obligada a justificar las diferencias que existieron en la cúpula presidencial, aparentemente motorizadas por el gobierno argentino: “Este es un foro de consulta, es un foro en el que todos tenemos que hablar y dar nuestra opinión. Y esta clase de encuentro justamente tiene valor porque intercambiamos puntos de vista. Esto no debería ser un problema, tiene que ser aceptado como una sana práctica en beneficio de todos los miembros. Y es un signo de madurez”.
No aclaró, sin embargo, en qué habrían consistido tales divergencias. A continuación, amplió su posición: “De nuevo no tenemos por qué estar de acuerdo, pero sí tenemos que poder escuchar distintas opiniones. Espero que alcancemos como grupo esta madurez. Dicho esto, los Estados aquí representados tenemos enormes desafíos a nivel internacional, sabemos que el mundo está convulsionado por guerras, conflictos y escenarios de todo tipo”.
En su enfoque, “nosotros creemos firmemente que este tipo de desafíos los podemos enfrentar dentro de nuestro marco, con las ideas de la libertad. Para Argentina se acabaron las ambigüedades: creemos en el respeto, en el resguardo de la vida del prójimo. Nos basamos en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Pero ustedes pueden tener cualquier otra definición”, dijo a los presidentes. “Lo importante es que nos respetemos y esto implica para nosotros el respeto de la voluntad popular y el Estado de Derecho que son innegociables”.
Como si estuviera en juego alguna conspiración golpista en la Argentina, afirmó: “Ningún golpe de Estado es aceptable, ningún ataque a la democracia es aceptable. Estamos convencidos que también la seguridad propia del país o de las personas, es una prioridad absoluta para garantizar un ambiente razonable de trabajo, en la libertad de las personas de la región”.
Su discurso neoliberalista llevó a Mondino a aseverar: “Para combatir la pobreza, creemos que la libre empresa es posiblemente una excelente herramienta. Contamos con ella para terminar con el hambre, con la pobreza, qué es el objetivo de todos nosotros”. En ese contexto, subrayó: “Es preciso buscar cómo reducir las regulaciones que ya tenemos del Mercosur. Hay un exceso de regulaciones que afectan el comercio intra bloque y con el resto del mundo”. De hecho, según sus propias palabras, el Mercosur actuaría como “un corset, que con el tiempo dejó de constituir una válvula de escape”.
Quién coincidió con la ministra fue el presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou: “Tenemos que tener perseverancia y plasticidad. Tenemos que ser flexibles. Yo sé que Argentina no tenía ninguna autoridad moral para hablar de este tema; para criticar al Mercosur por ser cerrado. Pero en poquitos días se cumplirán 7 meses de este nuevo Gobierno y, allí donde Argentina había creado un sistema extremadamente complejo y dañino, de control de las importaciones, ahora se ha reducido”. Añadió: “Argentina ha iniciado un proceso de reforma del Estado. Es un logro espectacular”.