A casi 25 años de la muerte de John-John Kennedy, surge la hipótesis de un «suicidio-asesinato» matrimonial
En un nuevo libro sobre las mujeres de la familia Kennedy, una autora británica habla de la posibilidad de que la muerte de John Kennedy Jr. y su esposa Carolyn Bessette, en un accidente de aviación hace casi 25 años, se trató de un «suicidio-asesinato».
En su nuevo libro Ask Not: The Kennedys and the Women They Destroyed, Maureen Callahan habla de la impresionante teoría sobre el accidente de aviación de julio de 1999 que mató al hijo del presidente estadounidense John F. Kennedy, asesinado en 1963.
«La pregunta es inevitable: ¿Estaba JFK Jr. coqueteando con el asesinato-suicidio esa noche?«, se pregunta la autora, que asegura que el joven estaba asediado por los problemas en el momento de su muerte y que pudo haber pensado que suicidarse junto a su esposa era una buena salida.
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La autora define a John Jr. como un imprudente que no valoraba la vida. «Tenía un deseo de muerte, no solo para él, sino para las mujeres de su vida», escribe.
«Ir a exceso de velocidad, nadar demasiado lejos en el océano, conducir imprudentemente en las aceras o mientras estaba drogado con marihuana, esquiar en condiciones de nieve, actuar como un experto en todos los deportes cuando en realidad era solo un aficionado: había pocas cosas que John no se atreviera, e intimidaba a casi todos en su vida para que fueran tan salvajes como él«.
Descendiente de la dinastía política más célebre, John Kennedy Jr. -también conocido como «John-John»- tenía 38 años cuando el avión que pilotaba, mientras se dirigía a la boda de un primo en Cape Cod, se estrelló en el mar.
La muerte de John, al igual que la muerte de su padre, dos tíos, una tía y dos primos antes que él, solo se sumó a la percepción de que la familia Kennedy estaba acechada por una maldición.
Maureen Callahan detalla que en julio de 1999 John «estaba decidido» a que Carolyn lo acompañara a la boda de su primo pese a los crecientes problemas matrimoniales, que eran conocidos por todos en su entorno.
Según la autora, John «decía a sus amigos que Carolyn estaba loca, que tenía sesiones de terapia cinco veces a la semana y un desagradable hábito de drogas y se negaba a tener relaciones sexuales con él».
En un vuelo comercial John le había dicho a su esposa: «Tal vez deberíamos divorciarnos. Hablamos de ello lo suficiente». Es entonces cuando Callahan se pregunta: «¿Por qué demonios quería que Carolyn volara con él? La verdad era que la necesitaba».
«Su revista se estaba derrumbando. Su primo Anthony, que en realidad era más bien un hermano, se estaba muriendo de cáncer. Lo último que quería era que la prensa especulara sobre su matrimonio», dice la autora. «John F. Kennedy Jr., un fracaso total. Era impensable».
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Carolyn estaba casada con una de las celebridades más seguidas por medios y fotógrafos del momento y, fue alertada de la necesidad de guardar las apariencias del matrimonio para no desatar un escándalo.
«Carolyn sabía que si su matrimonio fracasaba, inevitablemente la culparían», dijo Callahan. «Quería salir, pero también se sentía atrapada. ‘No puedo divorciarme’, decía. Terminaré viviendo en un parque de casas rodantes, fuera de mi mente, diciendo: ‘Solía estar casada con JFK Jr'».
El 16 de julio de 1999, John y Carolyn subieron al avión en el aeropuerto del condado de Essex en Nueva Jersey. Un piloto le aconsejó a John no volar por la falta de visibilidad a causa de la niebla, pero el joven no quiso escucharlo. Otro instructor se ofreció a volar con él como copiloto, pero John se negó.
Kennedy se negó a presentar un plan de vuelo y, una vez en el aire, cortó toda comunicación con el control de tráfico aéreo. «Menos de 20 minutos después, Carolyn y Lauren se amarraron a sus asientos traseros, John estaba en curso de colisión con un avión comercial», dice la autora.
Los pilotos del vuelo 1484 de American Airlines, con 128 pasajeros y seis miembros de la tripulación a bordo, intentaron comunicarse con John, pero no recibieron respuesta y debieron desviarse para evitar un choque en el aire. El control de tierra tampoco pudo ponerse en contacto.
Según Maureen Callahan, John «ascendió a 5.500 pies, a pesar de la niebla y el empeoramiento de la visibilidad, no encendió su piloto automático. Tampoco se abrazó a la costa iluminada. En lugar de eso, giró a la derecha y salió al otro lado del Atlántico, y antes de que se diera cuenta, el mar y el cielo se habían convertido en una masa negra sin fisuras y no podía distinguir el arriba del abajo.
«Ahora habría llegado el momento de empezar a usar sus instrumentos, pero no pudo. Ahora habría llegado el momento de controlar el terreno por radio, pero no lo hizo», continúa.
Después de hacerse la pregunta de si John Kennedy Jr. optó por matarse junto a su esposa, Callahan dice: «Su matrimonio estaba hecho trizas, al igual que su revista. Su hermana Caroline, molesta porque John estaba tratando de evitar que subastara las posesiones de su madre, la sugerencia de Jackie en el lecho de muerte, apenas le hablaba».
«El avión entró en una espiral de cementerio, cayendo a 275 metros por minuto, 200 millas por hora, con la nariz por delante en el océano. Carolyn y Lauren habrían sabido que iban a morir».
Carolyn Bessette fue culpada de la nueva tragedia de los Kennedy: «Fue la vanidad de Carolyn, su superficialidad, su consumo de drogas, su comportamiento ‘astuto’ lo que fue culpado de llevar a un piloto inexperto, un hombre que rompió casi todas las reglas de vuelo, a estrellar su avión en el océano».
Algunos culparon a Carolyn de haber causado el accidente porque fue a un pedicurista que retrasó el vuelo. Otros dijeron que llegó tarde porque se quedó esperando a un traficante de drogas.
«En los 25 años transcurridos desde el accidente, Carolyn solo ha sido representada -en innumerables artículos, biografías, memorias, documentales y especiales de televisión- como la drogadicta que hizo que los últimos días del príncipe de Estados Unidos fueran tan miserables», dice Callahan.
Pero la autora defiende a Carolyn diciendo: «Si John Jr. no hubiera sido tan miserable, no habría estado tan distraído; Y si no hubiera estado tan distraído, no habría estrellado el avión».
John Fitzgerald Kennedy Jr. nació el el 25 de noviembre de 1960, solo tres semanas después de que su padre, John Fitzgerald Kennedy, fuera elegido como el 35° presidente de los Estados Unidos y fue el primer bebé en vivir en la Casa Blanca desde 1893. Su madre, Jackeline (Onassis), fue una de las mujeres más legendarias del mundo.
Cuando el niño cumplió tres años, asistió al funeral de su padre, que había sido asesinado en Dallas. En un momento que pasó a la historia, se paró afuera de la catedral de Washington con su madre y su hermana, levantando la mano en señal de saludo mientras entrecerraba los ojos hacia el sol mientras pasaba el ataúd de su padre.
El niño creció rodeado de cuidados y de seguridad, especialmente por el miedo de su madre, Jackie, ante los frecuentes asesinatos en la familia. Rompiendo con la tradición familiar, John fue a la Universidad de Brown en lugar de a Harvard, graduándose en 1983, y se especializó en historia estadounidense.
Aunque quería ser actor, se matriculó en la facultad de derecho de la Universidad de Nueva York, principalmente para seguir el deseo de su madre, pero nunca aprobó los exámenes. «Claramente no soy un gran genio legal», dijo.
Cuando se convirtió en el joven hermoso que el mundo conoció, «John vivía en el ‘Planeta Kennedy’, donde era el rey indiscutible. Y a medida que crecía, daba por sentado el asombro interminable por su buena apariencia y su linaje como miembro de la realeza estadounidense», dice Callahan.
A los 34 años, John fundó una revista que combinaba política y cultura pop llamada George, que fue un fracaso.
En 1996, John se casó con la publicista de moda Carolyn Bessette, pero el matrimonio no fue el «cuento de hadas» que los medios estadounidenses proyectaron. Según Callahan, Carolyn Bessette se arrepintió en el mismo momento en que aceptó casarse.
«La imagen de John había sido durante mucho tiempo la de un tipo atlético y con los pies en la tierra», escribe. «Pero para cuando él le propuso matrimonio, dos años después de que comenzaran a salir, Carolyn había llegado a conocer al verdadero John: malhumorado y con pretenciones, complicado y sumiso«.
A ella «le emocionaba denigrarlo en público, insultarlo con nombres homofóbicos frente a sus amigos de la moda, burlarse de él con ese modelo masculino que siempre mantenía en un segundo plano», relata.
Y agrega: «Cuando John finalmente le propuso matrimonio en 1995, Carolyn esperó tres semanas antes de decir que sí. Parte de ello era manipulación, torturar al hombre que lo tenía todo, pero parte de ello era autopreservación».
«Casi de inmediato, hubo problemas», relata Callahan. «John esperaba que ella cocinara, limpiara y organizara cenas en su loft de Tribeca, nada de lo cual le interesaba».
Carolyn sufrió de una depresión intensa, dice la autora. «Todos pensaban que había ganado un gran premio al casarse con John, pero en realidad, no lo había hecho».
Elizabeth Beller, autora de una reciente biografía de Carolyn (Once Upon a Time.The Captivating Life of Carolyn Bessette-Kennedy), relató que John les confió a sus amigos que su esposa se negaba a tener relaciones sexuales con él y que creía que ella estaba consumiendo drogas.
En julio de 1999, John convenció a Carolyn para que lo acompañara a la boda de su prima en el complejo Kennedy en Cape Cod. Según Maureen Callahan, Carolyn no quería viajar en el avión de John.
«No creía que JFK Jr. tuviera la paciencia, la diligencia o la capacidad de atención para ser un buen piloto. No se tomaba en serio su entrenamiento«, dijo.
Y agrega: «No había acumulado suficientes horas en el aire para volar solo, pero regularmente rompía las reglas, colándose en vuelos en solitario cuando se suponía que debía tener un instructor con él».
«No confío en él», le decía Carolyn a familiares, amigos, incluso a una camarera de restaurante.
Finalmente, Carolyn aceptó ir a la boda familiar a la que nunca llegó viva. «Su presencia era un regalo, que le ayudaba a mantener las apariencias mientras su matrimonio estaba en su punto más tenue. Pero iba en contra de su instinto».
El avión se estrelló poco después del anochecer frente a la costa de Massachusetts y no hubo supervivientes.
ds