Diálogo de paz entre gobierno de Petro y disidencia de las FARC, en crisis tras ataque a comunidad indígena
Bogotá —
El gobierno colombiano reanudó sus operaciones armadas contra el Estado Mayor Central (EMC), el mayor grupo disidente de la antigua guerrilla de las FARC, esto tras el ataque armado de los rebeldes a varios integrantes de una comunidad indígena en el convulso departamento del Cauca.
El nuevo hecho de violencia de los alzados en armas, a quien el gobierno le concedió estatus político para poder sentarse en una mesa de diálogo, volvió a generar crisis en las conversaciones, con el presidente Gustavo Petro acusando al máximo comandante de este grupo de ser un “narcotraficante vestido de revolucionario” y de aprovechar la ronda de diálogos para “fortalecerse militarmente”.
Las negociaciones de paz entre el gobierno y el EMC comenzaron en octubre del año pasado, el mismo mes también arrancó un cese al fuego bilateral y temporal que fue prorrogado en enero de este año hasta el próximo 15 de julio, pero el presidente suspendió el acuerdo tras el ataque a la comunidad indígena Nasa.
Sobre este nuevo tropiezo, la Voz de América consultó a analistas sobre cómo puede afectar el diálogo con este grupo, al que, en el marco de la política de “paz total”, el presidente colombiano otorgó una segunda oportunidad para que pueda abandonar las armas.
“El gobierno tiene que proteger a las comunidades del Cauca, tiene que empezar a desarrollar una estrategia híbrida».
“El gobierno tiene que proteger a las comunidades del Cauca, tiene que empezar a desarrollar una estrategia híbrida. Usando una metáfora muy popular: es el uso de zanahoria y garrote, garrote con aquellas estructuras que no quieran acogerse a la negociación y zanahoria con las que sí están mostrando voluntad de paz”, dijo a la VOA Luis Trejos, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Norte de Barranquilla.
El decreto de suspensión y reanudación de las operaciones militares ofensivas se implementará en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca, en la región pacífica colombiana, donde centra principalmente sus operaciones este grupo armado.
Aunque para los analistas, a pesar de que el presidente Gustavo Petro ha endurecido su discurso contra del Estado Mayor Central y ha cuestionado la voluntad de paz al acusarlos de “vivir” del tráfico de cocaína, el gobierno ha mantenido una “actitud voluntarista” y ha “cedido demasiado” ante esta organización.
“Hay una especie de improvisación en cuanto a las decisiones que se han tomado, se pactó un cese al fuego que sólo involucra al EMC y la fuerza pública, y como no hay cese de hostilidades el EMC puede seguir presionado y victimizando a las comunidades y lo que sucedió fue la gota que rebosó la copa porque ya es insostenible que el gobierno avale esa violencia”, comentó Trejos.
Además agregó que tras la suspensión del cese al fuego en esos tres departamentos, habría “que esperar si el gobierno tiene un plan de guerra frente a esta organización armada para presionarla para que se acoja a las decisiones de la mesa de negociación”.
“La terminación del cese al fuego con el EMC de las disidencias de Iván Mordisco es algo que se veía venir porque no se sabe [a] qué está dispuesto y qué puede el gobierno negociar”.
Para el politólogo Jhon Mario González, con la premisa de la “paz total” para alcanzar un acuerdo con este grupo y por la que el presidente Petro ha “apostado” por un diálogo sin un “planteamiento” de pie de fuerza, se ha perdido la credibilidad en el proceso.
“La terminación del cese al fuego con el EMC de las disidencias de Iván Mordisco es algo que se veía venir porque no se sabe qué está dispuesto y qué puede el gobierno negociar”, precisó González.
Uno de los mayores obstáculos, coinciden los expertos, es la falta de “exigencia” por parte del gobierno a la guerrilla a la que le ha permitido su expansión territorial.
“Es una organización que se expandió territorialmente y que ha logrado consolidar sus finanzas, a eso se le suma que se han politizado al otorgarle reconocimiento político, entonces ha hecho un gran negocio el EMC sin ceder nada a cambio”, sostuvo Trejos.
El secretario general de Naciones Unidas, ONU, António Guterres, condenó el ataque armado del EMC contra la comunidad indigena en la que perdió la vida la Mayora Carmelina Yuli Pavi, guardia y lideresa del Pueblo Nasa de Toribío, y pidió a los grupos armados que cesen inmediatamente las hostilidades contra la población civil.
De acuerdo a cifras de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, se calcula que el EMC cuenta con alrededor de 3.400 integrantes, de los cuales 2.100 están armados. Desde su llegada al poder en agosto de 2022, Petro, el primer presidente de izquierda de Colombia, intenta con su política de “paz total” poner fin al conflicto armado interno en la nación sudamericana.
Por ahora, la negociación más avanzada que tiene el gobierno es la que mantiene con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN, con la que sostendrá un nuevo ciclo de conversaciones en Venezuela del 8 al 22 de abril, tras seis rondas anteriores en Caracas, Cuba y México.
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