“Es un momento histórico, porque México tiene una cultura machista”
Ayer comenzó oficialmente la contienda electoral en México. Las candidatas son Claudia Sheinbaum, sucesora de AMLO, y, en la oposición, Xóchitl Gálvez. El próximo viernes será el Día de la Mujer; por eso la doctora en Ciencias Políticas y Sociales mexicana, Karla Valverde, analiza los cambios de una sociedad que tendrá una presidenta mujer por primera vez en su historia.
—¿Qué significa que una mujer sea la próxima presidenta de México? ¿Es un cambio o una casualidad?
—Creo que es un cambio. Se ha trabajado mucho en este país para que día a día se vaya reconociendo el papel que podemos ejercer las mujeres; no solo en los ámbitos políticos, sino también en cualquiera que tenga que ver con la vida en sociedad. El cambio ha sido muy lento y paulatino, pero no me parece que sea una casualidad: hay una lucha detrás y mucha visibilización de esta necesidad.
Recuerdo la anécdota de las famosas Juanitas, que tuvieron que dejar su puesto para que asuma un hombre. Me parece que hemos avanzado desde entonces. Tenemos una representación paritaria para participar con visión de mujer y, en ese sentido, tomar decisiones.
—¿Creés que México es un país machista? ¿Los votantes han podido ver a las mujeres en la política como capaces?
—Sí, hay una cultura machista. En México habrá una presidenta mujer por primera vez: es un momento histórico. Si se observa lo que está pasando en el mundo, todavía son muy pocos los países que tienen una mujer al frente del gobierno. Según las Naciones Unidas, en 2023 solo el 11% de los países fueron gobernados por mujeres, lo que quiere decir que todavía nos falta un gran trecho por recorrer.
Tenemos la experiencia de mujeres que son gobernadoras en diferentes estados de la República Mexicana, así como hay mucha más participación en las cámaras legislativas.
Sin embargo, quisiera resaltar que la siguiente presidenta de esta República Mexicana va a tener la mirada de todos y de todas, por el simple hecho de ser mujer. Si fuera un presidente hombre, estoy segura de que no tendría un escrutinio tan fuerte como lo va a tener la primera presidenta mujer. Tenemos que empezar a cambiar esas posturas y tratar de avanzar en el derecho a la participación que tenemos para definir el rumbo de la sociedad y de nuestros países.
México es un país que en los últimos años ha tenido una transformación. Los votantes que estén todavía en esta vieja ola de que las mujeres no somos capaces van a tener que aprender a convivir.
—México contabilizó 827 femicidios el año pasado. ¿Creés que esta cifra puede bajar con una mujer a la cabeza del país mediante las políticas de género?
—Sí, lo creo. Será una muy buena oportunidad para que se tenga una perspectiva diferente. Las niñas, particularmente, tienen una situación de vulnerabilidad más profunda en general y está probado que en las brechas de desigualdad quienes sufren con mayor profundidad son las mujeres. Con una presidenta podemos visibilizar y tener políticas públicas más inclusivas que nos permitan, tal vez, erradicar esta situación que padecen las mujeres en la mayoría de los niveles de la sociedad. Porque he de decirte que la violencia contra la mujer no tiene que ver con las clases sociales. Entonces creo que sí: sería una posibilidad que ahora que México va a tener una presidenta, lograr abatir los femicidios y la violencia.
—¿De qué otras formas se evidencia este cambio a favor de las mujeres en México?
—Por ejemplo, en la universidad hay cada vez más solicitudes de acceso de mujeres a programas que eran considerados para hombres, como la física o la ingeniería. También en la participación de las mujeres como directoras de empresas muy importantes. Esto se ha modificado en la cultura mexicana, aunque todavía falta mucho por hacer.