Honras en las calles al líder opositor, mientras el Kremlin sigue en silencio

El gobierno ruso siguió en silencio ayer sobre la repentina muerte en prisión del opositor del Kremlin Alexei Navalny, cuyo entorno acusó a las autoridades de retener sus restos para “cubrir sus huellas”.

A pesar de la represión y el riesgo a ser detenidos, cientos de rusos participaron en pequeñas concentraciones para homenajear al famoso detractor del Kremlin, muerto la víspera en una prisión del Ártico ruso. Desde el viernes, la policía arrestó a 231 personas en estas concentraciones, según la ONG de derechos humanos OVD-Info.

El equipo de Alexei Navalny afirmó que las autoridades se niegan a entregar sus restos a su madre, argumentando que todavía no se determinó la causa de la muerte. “Es evidente que los asesinos quieren cubrir sus huellas y por eso no entregan el cuerpo de Alexei, ocultándoselo incluso a su madre”, afirmó en Telegram.

La portavoz del difunto, Kira Yarmish, afirmó que los investigadores le comunicaron al abogado que los resultados de un nuevo examen al que se someterá el cadáver no estarán disponibles hasta la próxima semana. Yarmish también indicó que la madre de Navalny, Liudmila Navalnaya, fue notificada con un “documento oficial” que murió el 16 de febrero a las 14H17 locales. “Alexei Navalny fue asesinado”, añadió la vocera, exiliada como muchos disidentes para evitar la cárcel.

Su muerte a los 47 años y tras pasar tres en prisión, priva de su principal figura a una oposición rusa exhausta.

Silencio y pocos detalles. Navalny, condenado por “extremismo”, purgaba una pena de 19 años en una remota colonia penitenciaria del Ártico tras unos juicios que, según múltiples voces, obedecían a motivos políticos. 

Las autoridades rusas brindaron pocos detalles de las circunstancias del deceso y se limitaron a asegurar que se hicieron todos los esfuerzos para reanimar al opositor, cuya salud se debilitó por el encarcelamiento, un envenenamiento en 2020 y una huelga de hambre en 2021. 

“El prisionero Navalny A.A. se sintió mal después de un paseo y casi inmediatamente perdió el conocimiento”, indicó el servicio penitenciario de la región ártica de Yamal en un comunicado.

El presidente ruso, Vladimir Putin, guardó silencio tras conocerse la muerte de su principal opositor, que se produce a un mes de las elecciones presidenciales.

“No se rindan”. Por su parte, China, aliado cada vez más importante del Kremlin, declinó comentar la muerte de Navalny, alegando que se trata de un “asunto interno de Rusia”.

Las autoridades rusas guardan silencio sobre las circunstancias que rodearon la muerte del opositor, pero avisaron a la población que no organicen ninguna manifestación. No obstante, algunos rusos se concentraron ayer en varias ciudades para dejar flores ante monumentos en recuerdo a disidentes políticos. En Moscú, la policía detuvo al menos a 15 personas frente a un monumento a las víctimas de la represión soviética, según el medio independiente Sota.

“¡No se rindan!”, “Nunca olvidaremos, nunca nos rendiremos, Rusia será libre”, se podía leer en hojas de papel esparcidas entre las flores bajo el “muro del luto”, cerca de la avenida Sajarov, lugar tradicional de concentraciones de la oposición y bautizada con el nombre de un famoso disidente soviético.

El jueves, Navalny participó por video en dos vistas ante un tribunal de la región de Vladímir y no se quejó de su estado de salud, según la agencia estatal de noticias Ria Novosti. Su madre declaró que vio a su hijo el lunes “sano y de buen humor”, informó el diario independiente Novaya Gazeta, citando un mensaje publicado en Facebook.

La cárcel no socavó la determinación de Navalny, que no cesó de criticar a Putin durante las vistas de sus juicios y en mensajes difundidos a través de su equipo. En su juicio por “extremismo”, denunció “la guerra más estúpida y sinsentido del siglo XXI”, en referencia a la ofensiva rusa contra Ucrania lanzada el 24 de febrero de 2022.