Guam ignorará en gran medida la prohibición federal contra el negocio de las peleas de gallos
Washington – El gobierno de Guam indicó que le dará “la más baja prioridad” a hacer cumplir la ley federal que extendió a los territorios de Estados Unidos, incluido Puerto Rico, la prohibición en contra del negocio de las peleas de gallos.
Como parte del presupuesto 2020 del territorio, el gobierno de Guam prácticamente exhortó a sus autoridades a ignorar poner en marcha la prohibición federal, que se haría efectiva el 20 de diciembre, según el periódico The Guam Daily Post.
La determinación del gobierno de Guam coincide con los esfuerzos de la industria de las peleas de gallos en Puerto Rico y autoridades de la isla para lograr una moratoria de por lo menos un año en la vigencia de la ley federal.
Una delegación de la Asociación Cultural y Recreativa del Gallo Fino de Pelea de Puerto Rico presionará esta semana en el Congreso a favor de la moratoria.
Con el reinicio entre lunes y martes de las sesiones legislativas, luego de 10 días de receso con ocasión del Día de Acción de Gracias, la industria de las peleas de gallos y el gobierno de Puerto Rico tienen una carrera contrarreloj para convencer a los líderes de los comités de Agricultura del Senado y la Cámara baja de que debe aplazarse la vigencia de la prohibición, aprobada en diciembre de 2018.
La suerte de algún lenguaje que busque frenar la efectividad de la proscripción del negocio de las peleas de gallos en Puerto Rico irá de la mano con los intentos por aprobar el presupuesto federal del año fiscal 2020, lo que se quiere hacer para el mismo 20 de diciembre en que esa actividad – que en la Isla ha estado regulada como un deporte-, se convertiría en una ilegal.
La decisión de echar hacia delante o no una moratoria de por lo menos un año descansa en gran medida en las manos de los presidentes de los comités de Agricultura, el senador republicano Pat Roberts (Kansas) y el congresista demócrata Collin Peterson (Minnesota), y los portavoces de minoría, la senadora demócrata Debbie Stabenow (Michigan) y el congresista republicano Michael Conaway (Texas), según varias fuentes.