Puertorriqueña alega que fue discriminada por hablar español mientras vestía su uniforme militar

Una puertorriqueña de la Fuerza Aérea de Estados Unidos se expresó disgustada luego que una señora la tildara de desagradable, en una tienda de café en Hawaii, por hablar español mientras vestía el uniforme militar.

A través de su cuenta de Facebook, Xiara Mercado, de 27 años, contó que se encontraba conversando por teléfono, mientras esperaba por su café cuando alega que fue discriminada por la señora, quien supuestamente le indicó que «no deberías estar hablando español, eso no es lo que representa ese uniforme… es desagradable».

“Lo siento, señora, la única cosa desagradable aquí es que usted es despistada a su discriminación, por favor, edúquese. Que tengas un buen día”, le respondió Mercado, natural de Mayagüez. El incidente ocurrió el pasado julio.

La mujer narró que la señora insistió en que no sabía cómo le permitían vestir con ese uniforme, por lo que respondió “lo llevo con orgullo”.

En entrevista con NBC News, la mayagüezana indicó que no es la primera vez que experimenta discriminación, pero jamás pensó que sería prejuiciada a pesar de estar vistiendo el uniforme militar.

«Este es mi sueño y (decirme) que soy desagradable mientras uso mi sueño, eso realmente me desencajó», manifestó Mercado.

Recién, los puertorriqueños Frances y Efraín Santiago también alegaron que fueron discriminados por colocar frente a su residencia la bandera de Puerto Rico como muestra de orgullo por las manifestaciones pacíficas que se desarrollaron en la isla y que resultaron en la renuncia del exgobernador Ricardo Rosselló Nevares.

Frances, quien vive junto a su esposo hace dos años en Kissimmee, es veterana de la Guerra de Irak y, previo a colocar la bandera puertorriqueña, tenía la insignia estadounidense justo en frente de su hogar.

Igualmente, esta semana El Nuevo Día divulgó el caso de siete empleadas puertorriqueñas que laboran en una clínica del Departamento de Salud de Florida en Haines City denunciaron que los supervisores les prohíben hablar español en todo momento y aseguraron haber sido perseguidas, hostigadas y hasta amenazadas con ser despedidas.