Trump elogia a sus pares, pero tensa la negociación del G20

Mientras el resto de los líderes hacían equilibrio para contentar a la Casa Blanca, sin descuidar sus intereses comerciales y sus preocupaciones medioambientales, Donald Trump se sentía a sus anchas, como si estuviera en el set de filmación de The Apprentice. El presidente de Estados Unidos demostró ayer su camaradería con sus pares durante la cumbre del G20, celebrada en Osaka, Japón, pese a que los había criticado poco antes. Dialogó con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, y mantuvo bilaterales con Jair Bolsonaro, Angela Merkel y Vladimir Putin, con quien bromeó sobre una supuesta interferencia rusa en las elecciones de 2020.

Las discusiones entre Estados Unidos y los otros 19 líderes por la guerra comercial y el combate contra el cambio climático fueron, una vez más, el eje de la cumbre. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anfitrión y presidente del G20, defendió el libre comercio y pidió resistir las “tentaciones hacia el proteccionismo”, que ponen en riesgo los fundamentos de la paz y prosperidad global. “Ahora es el momento de dar a conocer un mensaje fuerte para mantener y fortalecer un sistema libre y justo, no discriminatorio”, aseguró al inicio de la cumbre.

El diario Japan Times resumió ayer la disputa medioambiental en la que Abe intentaba mediar: “Como anfitrión del G20, a cargo de forjar un acuerdo final, el primer ministro enfrenta la tarea de aplacar al presidente Donald Trump, quien sacó a los Estados Unidos del acuerdo de París, y al resto de países del G20, que insisten en limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados para finales de siglo”.

Los sherpas de las delegaciones discutían ayer los puntos  más conflictivos del documento final, mientras la mirada de la prensa estaba puesta en el encuentro de hoy entre Trump y Xi Jinping. Allí, los dos jefes de Estado intentarán acordar una tregua comercial, como la alcanzada en Buenos Aires en diciembre pasado.

 Paz con el Kremlin. Trump y Putin se reunieron en los márgenes de la cumbre, en su primer encuentro desde que el fiscal general Robert Mueller concluyó su investigación sobre la trama rusa. Mientras posaban ante los fotógrafos, una periodista le preguntó al republicano si pediría que Rusia no se entrometiese en las elecciones de 2020, a la que es candidato a la reelección. Trump se volvió entonces hacia Putin, con una sonrisa burlona, y le dijo: “Nada de injerencias en las elecciones, presidente”. Luego repitió: “Nada de injerencias”, señalándolo con el índice. El jefe de Estado ruso soltó una sonrisa glacial.

En otro diálogo, el presidente de EE.UU. se ufanó de su enfrentamiento con la prensa. “Las fake news, ustedes no tienen ese problema en Rusia”, dijo Trump. “Sí, sí, lo tenemos. Es igual”, respondió en inglés Putin.

Otras bilaterales. Trump también se mostró muy cordial con el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salman, con quien habló durante la foto de familia. MBS había sido cuestionado por organizaciones de derechos humanos por estar presuntamente implicado en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, torturado y ejecutado en el consulado saudita de Estambul. Esos cuestionamientos no fueron un obstáculo para concertar hoy un desayuno de trabajo, en momentos en que la Casa Blanca ejerce una máxima presión diplomática contra Irán, el gran rival regional de Arabia Saudita.

El presidente estadounidense también mantuvo una bilateral con Bolsonaro, en la que intercambiaron alabanzas y abordaron la crisis política, social y económica de Venezuela. “Es alguien realmente especial, muy querido por el pueblo brasileño”, lo elogió Trump. “Soy uno de sus mayores admiradores desde hace mucho tiempo, incluso antes de su elección”, devolvió cortesías el presidente brasileño.

El líder republicano también repartió elogios para la canciller alemana Angela Merkel, a la que calificó como una “persona y mujer fantástica”. Pero la europea se mantuvo impávida, incluso cuando el presidente estadounidense buscó su complicidad al sostener que prefería estar con ella que viendo por televisión el debate de los precandidatos demócratas a la Casa Blanca. En una entrevista con la cadena Fox Business, Trump había asegurado que Alemania era un socio poco fiable y “moroso” en sus contribuciones económicas a la OTAN. Merkel brega, junto a sus pares de la Unión Europea, por mantener vivo el Acuerdo de París.

Cita clave con Xi Jinping

El punto central del G20, que determinará si la cumbre fue un éxito o un fracaso, no pasará por la firma del documento final, sino por el resultado del cónclave bilateral de los presidentes Donald Trump y Xi Jinping. El encuentro se celebrará hoy, en un apartado de la cita diplomática.  

Trump pronosticó ayer que la bilateral será “productiva” y “emocionante”.  Los funcionarios de la Casa Blanca no creían estar cerca del fin del conflicto sobre aranceles comerciales, pero esperaban que se declarase una especie de “alto el fuego” para permitir nuevas negociaciones, como la frágil tregua alcanzada en diciembre de 2018 en Buenos Aires.

Trump amenaza a China con aranceles adicionales del 10% sobre bienes por un valor de 300 mil millones de dólares. Las importaciones de China por 200 mil millones de dólares ya están sujetas a una tarifa del 25% en EE. UU. Beijing, en tanto, reaccionó imponiendo sus propios aranceles.